Hora equivocada
Ángel Acecam Cloneoser
Esta noche nada late.
No late el viento arrebatado
que arranca las flores del cerezo;
no laten los ladridos de los canes
en la terraza del carnicero.
Esta noche nada baila.
No bailan las luces de la plaza
que acostumbran en el quiosco;
tampoco lo hace el viejo reloj
de la iglesia con la música del coro.
Esta noche nada canta.
No canta el cuculí posado
en el pino que creció junto a mi casa
ni las luciérnagas que vuelan alrededor
del camposanto como almas dulces.
Esta noche nada fluye.
No fluye la sangre de mi vida
que se escurre entre tus pies,
menos la inspiración del Hades
que atormenta hasta llegada el alba.
Esta noche nada llora.
No llora la mujer que busca a sus hijos
por donde nace el río, ni el cielo con nubes cargadas
de lágrimas.
Esta noche nada duerme.
No duermen los párvulos cansados de tanto jugar,
mucho menos los caballos que no dejan de relinchar.
Esta noche es diferente a otras: nació al meridiano;
y las aves de granja fueron a su gallinero,
los borregos y los rumiantes a sus corrales,
pero la hora miente: es una noche prematura.
No es ensayo del tiempo.
Es un dulce momento que atesora mi futuro
azul cargando a cuestas la oscuridad
sin ser esclavo aun de su veleidad.
La noche se va así nada más y el sol
al meridiano vuelve a despertar.
Todos salen de su hogar;
sólo han pasado unos minutos quizá.
Así, el eclipse se despide porque en mucho tiempo no volverá.
👍👍👍
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