Lejos de casa
Juan Martínez Reyes
Desperté en un lugar desconocido. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién será esta señora? Mi mente estaba confundida. Pensé que aún soñaba, pero no, todo era real. Lo busqué con la mirada, pero no estaba él. Evoqué que salimos en la noche con rumbo incierto. Eso es lo último que recuerdo, pues el sueño me venció. Me ha dejado a mi suerte, pensé. Seguro hizo eso porque ya estoy muy viejo y debo estorbarle. Yo lo cuidé desde que él era niño y le di todo mi amor. Y así me paga. No pude evitar llorar. La mujer me abrazó y me dijo que cuidaría de mí. Todavía guardaba la esperanza de que él regresara. Días después, me resigné al cruel abandono de mi dueño.